11:08 AM -
Brasilia,
31 dic (EFE).- Dilma Rousseff completa este domingo un año como
presidenta de Brasil con una aprobación superior a la que tenía su tutor
y antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, tras haber destituido a seis
ministros por sospechas de corrupción y haber mantenido a flote la
economía en medio de la crisis global. La primera mujer en asumir la
jefatura de Estado de Brasil terminó su primer año con una popularidad
del 72 % y un índice de aprobación de su Gobierno del 56 %, por encima
del 51 % que tenía Lula (2003-2011) y del 41 % de Fernando Henrique
Cardoso (1995-2003) cuando completaron sus primeros 12 meses de gestión,
según una reciente encuesta del Instituto Ibope.
Mientras que el 56 % de los brasileños aprueba el
desempeño del Gobierno de Rousseff, un 32 % lo considera como "regular" y
un 11 % lo reprueba.
Los analistas atribuyen ese alto índice de
aprobación a la imagen de intolerante con la corrupción que se ha ganado
la presidenta y a las medidas que ha tomado para garantizar que la
economía brasileña siga creciendo pese a los efectos de la crisis
internacional.
Los escándalos de corrupción que se sucedieron en
su primer año de Gobierno y que le costaron el cargo a seis ministros,
que se vieron obligados a renunciar o fueron destituidos por supuestas
irregularidades, en lugar de afectar la imagen de la mandataria la
reforzaron gracias a la rapidez con que Rousseff actuó en cada caso para
tomar medidas preventivas y alejarse de los acusados.
Su estilo más técnico contrastó con el de Lula, su
padrino político y quien la eligió a dedo para sucederle, que prefería
defender colaboradores acusados de irregularidades para no generar
crisis en la amplia alianza partidaria que sustentaba su gobierno.
El crecimiento económico y la reducción del desempleo también ayudan a elevar el índice de aprobación de la gobernante.
En el primer año de gestión de Rousseff, Brasil
generó 2,3 millones de empleos formales y redujo la tasa de desempleo al
5,2 % en noviembre, su menor nivel en casi una década.
En 2011 el país también batió el récord de
exportaciones (unos 250.000 millones de dólares), de inversiones
extranjeras (cerca de 65.000 millones de dólares) y de nivel de las
reservas internacionales, que superan los 350.000 millones de dólares.
Pese a que el crecimiento de la economía brasileña
previsto para 2011 (cerca del 3 %) estará lejos de la expansión del 7,1
% de 2010, Rousseff, con medidas para incentivar el consumo, consiguió
que el gigantesco mercado interno brasileño revirtiera la retracción del
mercado externo por la crisis.
Pese al alto costo de su política económica, ya
que la creciente demanda ubicó la inflación por encima del techo de la
meta del Gobierno (6,5 % en 2011) y el ajuste fiscal fue garantizado
mediante la elevación de los impuestos (que ya equivalen al 36 % del
producto interno bruto, PIB), la mandataria convirtió a Brasil en uno de
los pocos países aún en crecimiento en la actual coyuntura.
Esa condición elevó a Brasil este año a la sexta
mayor economía del mundo, por detrás de Estados Unidos, China, Japón,
Alemania y Francia, tras superar al Reino Unido, según un estudio del
Centro de Investigaciones en Economía y Negocios (CEBR), de Londres.
El Gobierno calcula que, con un crecimiento
económico promedio de entre el 4,0 y el 5,0 por ciento en los próximos
años, Brasil ascenderá antes de 2015 a quinta mayor economía mundial,
lugar del que desplazará a Francia.
Brasil tiene "todos los motivos" para mirar 2012
con "gran optimismo" y con la seguridad de que la economía va a
expandirse "con estabilidad" a la vez que se "disminuyen" las enormes
desigualdades entre ricos y pobres, dijo Rousseff en su mensaje de fin
de año a la población.
Pese a las dificultades fiscales de este año, la
presidenta consiguió poner en marcha algunas de sus promesas para
acentuar el proceso de reducción de la pobreza y de las desigualdades
iniciado por su antecesor.
Rousseff, que se propone erradicar la miseria en
Brasil hacia el final de su mandato, en 2013, amplió el llamado Bolsa
Familia, un programa de Lula que distribuye subsidios de entre 17 y 165
dólares mensuales a cerca de 13 millones de familias pobres.
En su ultimo programa radial semanal de este año
Rousseff aseguró que en su primer año consiguió identificar a 407.000
familias que hasta ahora no recibían los subsidios públicos a los que
tenían derecho, e incluirlas en el Bolsa Familia. EFE
| ||||||||


